Este libro
intimista de microrrelatos cayó en mis manos de una forma inesperada y
mágica. Me encontré con su autor en un programa de Candelaria Radio y al
término del mismo ya se había establecido entre nosotros algo más que una
simple relación ocasional entre colegas. Nos intercambiamos las obras y al día siguiente,
cuando coincidimos en el Laberinto del Libro, ya las teníamos parcialmente
leídas.
He de confesar
que Paritorio Tres más que gustarme, que sí que lo ha hecho, me ha sobre todo
sorprendido. No imaginaba yo que en tan pocas líneas se pudiera decir tanto.
Sus pequeños cuentos me hicieron evocar cosas importantes que también he vivido
pero que tenía olvidadas. Experiencias personales de Daniel que trascienden la
especificidad de su vida para colarse por entre las rendijas del alma de cualquier
ser humano, porque todos o casi todos hemos tenido una niñez, y un abuelo, y
una madre y un padre, y hemos vivido en los ochenta, y en los setenta, tiempos que,
aunque ya son tiempos lejanos siguen viviendo en nosotros con una fuerza que
Olivera es capaz de despertar. Y luego tiene otras historias, más
contemporáneas, más modernas, más del momento presente en el que la
injusticia parece campar a sus anchas, pero eso sí, todo con una fuerte dosis
de esperanza. Sirva de ejemplo este mismo (publicado con autorización del
autor).
No le doy
puntuación porque el género que cultiva Daniel no es equiparable a ningún otro.
Y ahora todavía me queda por leer su libro de poemas y fotografías. Ya os seguiré
contando.
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